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La idea global: El cáncer de cérvix es una enfermedad prevenible hoy en día, y aunque su incidencia ha disminuido en los últimos años gracias al descubrimiento del virus del papiloma humano (VPH) y el uso de la citología, sigue causando la muerte a cientos de miles de mujeres a nivel mundial sobre todo—pero no exclusivamente— en países de renta media y baja.
Por qué es importante: el cáncer de cuello uterino es uno de los pocos tipos de tumores malignos que se pueden prevenir casi al 100% y para los cuales se dispone una vacuna. La Organización Mundial de la Salud anunció en 2018 una estrategia global para erradicar esta enfermedad en el transcurso del próximo siglo.
En breve: Para que se produzca un caso de cáncer no solo es necesaria la infección por el VPH, también es necesaria la persistencia en el tiempo, predisposición de la mujer y fallo del sistema inmune para erradicar la infección.
Los números:
- El cáncer de cérvix es el tercer cáncer más frecuente en la mujer, y la cuarta causa de muerte por cáncer
- Más del 85% de los casos se producen en países de renta media o baja (“países en desarrollo”).
- Casi el 100% de los cánceres de cuello uterino están relacionados con el VPH
El contexto: Uno de los avances médicos más importantes de la últimas décadas ha sido el descubrimiento del VPH y su relación con distintos tumores entre los cuales destaca el cáncer de cérvix. Gracias a ello se ha disminuido la incidencia del cáncer, aunque de manera desigual en diferentes países.
La cita: “El 80% de las mujeres sexualmente activas están en contacto con el VPH en algún momento de su vida, y en el caso de los hombres el porcentaje es mucho más alto”
- Sin embargo, la Dra. Rodriguez resaltaba que “la mayoría de las infecciones son transitorias y en edades tempranas, después de los 50 años tan solo el 10% de las mujeres están infectadas por el VPH”, y tan solo un pequeño porcentaje de estas infecciones pueden persistir y potencialmente progresar a un cáncer.
La investigación hoy: Desde el descubrimiento del VPH y su papel en el origen de esta enfermedad se ha investigado mucho, pero la investigación actual se ha enfocado mucho en la vacuna del VPH, así como en la detección y el tratamiento del cáncer pero no en el resto de factores. Todos los esfuerzos parecen estar centrados en la enfermedad y no tanto en la salud, a pesar de la gran importancia del sistema inmune.
El mañana: Los esfuerzos deberían centrarse en garantizar una educación sexual de calidad para proteger a la población, así como promover el estilo de vida saludable para favorecer la prevención primaria.
La clave final: El cáncer de cuello uterino en realidad es una complicación grave pero infrecuente de una infección que es muy frecuente (el VPH). El sistema inmunológico es el responsable de que la infección por el VPH desaparezca, y esto es lo que ocurre en el 80% de los casos. Aunque no existen tratamientos específicos para las lesiones causadas por el VPH, sí se conocen los factores que predisponen a su persistencia o que favorecen su eliminación.
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El pasado 24 de septiembre de 2021, continuamos con el proyecto “Protagonista de tu salud: piensa, siente, haz.”, en colaboración del Ayuntamiento de Pamplona, con una actividad dedicada al virus del papiloma humano (VPH) y la prevención del cáncer de cérvix (o cuello uterino).
En esta actividad, que tuvo lugar en el Civivox Condestable de Pamplona en formato híbrido (presencial y online), contamos con la participación de Agata Rodriguez. La Dra. Rodriguez es especialista en medicina integrativa y en Ginecología y Obstetricia, actualmente es la responsable de la consulta de patología cervical en un centro de atención primaria público de Barcelona (ASSIR) y también hace consulta de ginecología integrativa en la Clínica Omega Zeta de Barcelona.
La Dra. Rodriguez comenzó por explicar la importancia de este tema: el cáncer de cuello uterino es el tercer cáncer más frecuente en la mujer, y la cuarta causa de muerte por cáncer. Más del 85% de los casos se producen en países de renta media o baja (“países en desarrollo”). En España es el 4º cáncer más común en las mujeres entre 15 y 44 años. Uno de los avances más importantes en la oncología en las últimas décadas ha sido el descubrimiento del virus del papiloma humano (VPH) y su relación con distintos tumores entre los que destacan el cáncer de cérvix, de vulva, orofaringe y tumores anogenitales.
El VPH puede afectar la piel y las mucosas, y existen más de 200 tipos de virus con diferente capacidad oncogénica—o sea el potencial de llegar a producir un cáncer. Se pueden clasificar en 2 grupos, los de bajo riesgo (que pueden producir verrugas anogenitales) y alto riesgo oncogénico.
Prácticamente el 100% de los casos de cáncer de cuello uterino están relacionados con el VPH
Al afectar las mucosas, la forma más frecuente de transmisión es por el contacto entre genitales, por eso la infección por VPH es la infección de transmisión sexual (ITS o ETS) más frecuente. “El 80% de las mujeres sexualmente activas están en contacto con el VPH en algún momento de su vida, y en el caso de los hombres el porcentaje es mucho más alto” explicaba la Dra. Rodríguez.
También aclaró que mayoría de las infecciones son transitorias, y que la mayoría se producen en edades tempranas, al inicio de la actividad sexal (entre los 15 y los 25 años); después de los 50 años tan solo el 10% de las mujeres están infectadas por el VPH, y tan solo un pequeño porcentaje de estas infecciones son persistentes y se podrían transformar en un cáncer con el paso del tiempo. El sistema inmunológico es el responsable de que la infección por el VPH desaparezca, esto es lo que ocurre en el 80% de los casos.
El cáncer de cuello uterino en realidad es una complicación grave pero infrecuente de una infección que es muy frecuente (el VPH).
El VPH tiene especial afinidad por el cuello del útero porque ahí hay una zona de transición celular, es decir una zona donde cambia un tejido similar a la piel (epitelio) a otra zona de tejido glandular. En esta zona hay una alta división o recambio celular, por eso es más frecuente la infección en esta zona.
El VPH puede durar meses o años produciendo lesiones leves en las células. Las lesiones aumentan en gravedad en función del tiempo y la cantidad de celular que están afectadas. Pero el sistema inmune tiene la capacidad de detener la infección y frenar la progresión (esto ocurre en el 80-90% de los casos). Para que se produzca un caso de cáncer no solo es necesaria la infección por el VPH, también es necesaria la persistencia en el tiempo, predisposición de la mujer y fallo del sistema inmune para erradicar la infección.
Actualmente solo hay dos maneras de prevenir la infección por VPH: la vacunación frente al VPH y el uso del preservativo (reduce la transmisión del VPH en 60-70%).
Por otro lado existen factores que favorecen la infección o persistencia del virus: el uso de tabaco (que afecta la primera línea de defensa inmunitaria frente al virus), el tipo de virus presente, y enfermedades que afecten el sistema inmunológico (p.ej. VIH o enfermedades autoinmunes).
Para detectar la infección por VPH se ha usado tradicionalmente la citología (un raspado de células en la zona donde suele infectar el virus en el cuello del útero). Ahora además se realiza una PCR para detectar el genotipo específico del virus presente y así aumentar la especificidad de la prueba. Con la realización periódica de estas pruebas se puede saber si hay lesiones persistentes o infecciones por tipos de alto grado oncogénico.
Actualmente se comienza a hacer esta prueba a los 25 años cada 3 años hasta los 65.Las mujeres menores de 25 tienen una tasa muy alta de infección por el VPH pero la mayoría de infecciones son transitorias, casi no hay casos de lesiones persistentes o graves.
En un futuro próximo el cribado comenzará a hacerse primero con PCR para detectar el virus y sólo en el caso en que sea positivo se añadirá una citología. Además se retrasará la edad de inicio a los 30 años y se realizará la prueba de forma más espaciada, cada 5 años, dado que no da tiempo en este periodo de desarrollar lesiones graves si el virus era negativo.
El tratamiento de las lesiones depende del grado de la lesión. En primer grado no existe tratamiento en si, solo seguimiento cada 6-12 meses con el objetivo de esperar que sea el sistema inmune de la paciente el que resuelva la infección. Sí que existen factores que se pueden modificar en este periodo de seguimiento para favorecer la eliminación del virus como por ejemplo dejar de fumar.
En las lesiones de alto grado se ofrece un tratamiento quirúrgico para extraer la zona de la lesión, se llama conización por la forma cónica del tejido que se extrae. Se realiza en la zona de transformación del cuello del útero donde se localiza el virus.
El gran vacío que existe en la medicina se encuentra justamente en el grupo de pacientes con lesiones de bajo grado a las que se les recomienda seguimiento, dado que se les da la información existente sobre factores que pueden mejorar su inmunidad como el tabaco y el preservativo pero no se investiga sobre el resto de factores que pueden modificar esta evolución.
La investigación actual se ha centrado mucho en la vacuna del papiloma así como en como detectar y tratar el cáncer pero no en el resto de factores. Todos los esfuerzos parecen estar centrados en la enfermedad y no tanto en la salud. Como por ejemplo en la educación sexual para favorecer una sexualidad responsable y que entiendan que no es suficiente únicamente con vacunarse y usar el preservativo sino que también influye la edad a la que se comience a tener relaciones y la responsabilidad en el momento de asumirlas. También el estilo de vida que nos altera el sistema inmunológico como el estrés, falta de sueño o la obesidad que favorecen la inflamación en el cuerpo dificultando así la eliminación de la infección. La prevención también destaca como el tercer pilar en los factores pendientes de investigar, porque se podrían tomar suplementos u otras medidas que ayuden a mejorar nuestro sistema inmunológico.
En esto no se realiza investigación, según la Dra. Rodriguez seguramente porque no existen intereses económicos que lo motiven.
Finalmente, en la ronda de preguntas de la mesa redonda se abordaron varias preguntas y comentarios. Se habló sobre el cribado y la vacunación del papiloma en hombres. Se incidió en la importancia de la educación sexual de calidad para proteger a la población, así como el estilo de vida saludable para favorecer la prevención. Se aclararon dudas sobre los tipos de vacunas existentes, los síntomas del virus y el tratamiento mediante conización. Se reflexionó también sobre la importancia en comunicar por parte de los profesionales la información real a la población y sobre cómo “la salud no interesa”. Se debería incidir en comunicar cómo conseguir una buena salud y no siempre en la enfermedad.
Desafortunadamente hoy en día la salud no interesa, lo que interesa es la enfermedad.
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